Comienza a caer la tarde. Pisando
la grava que sustenta los travesaños de
las vías, oculto tras un pasamontañas negro, un hombre camina deseando no ser reconocido. Una persona joven le acosa y grita a una distancia prudencial. El
seguimiento es perseverante. El
encapuchado, desoyendo aparentemente las voces de su perseguidor, sigue su
camino balanceándose al ritmo desacompasado que le impone el balasto que pisa. El perseguidor mantiene la distancia y los gritos. Inesperadamente, el encapuchado se vuelve y recrimina a su
perseguidor. Exhibe agresivamente un garrote , amenaza al quien le sigue exigiéndole
que le deje en paz.
Al día siguiente nos
enteramos de que el encapuchado era Miguel Ricart, uno de los asesinos
de las niñas de Alcasser. Sin dar lugar al respiro, todos los telediarios fueron
mostrando su rostro actual: medio calvo, con las mejillas enrojecidas y una
mirada azul penetrante. Supimos que estuvo encerrado en una pensión en la que se
comunicaba solamente con sus dueños, que protegían su privacidad. ¿Quizás para
que nadie robase la exclusiva a los periodistas que le habían traído
para exhibirle como animal de circo?. Luego
se le vio camino de la Estación de Atocha, custodiado por la policía. Pasa
los controles de seguridad y sube a un tren con destino a Barcelona.
Finalmente huyó a Francia.
Perdón, sigo buscando su nombre
en la red y encuentro que fue expulsado de una pensión en Gerona y de otra en
Barcelona, que una de las noches durmió en las
vías del tren. Sí, parece que ya está en Francia, pero con dificultades para poder recibir los 400€ a los que tiene derecho porque n o encentra residencia.
Ricart no fue el único asesino
favorecido con la anulación de la doctrina Parot. Como él lo fueron: El
Violador del Ascensor, El Violador del Portal, el Loco del Chándal... Acabo de
ver una lista en la que aparecen otros cinco depredadores sexuales, (como se
les llama ahora, tiempo de eufemismos), favorecidos por la sentencia del
Tribunal de Estrasburgo.
Expertos criminalistas y forenses
han inundado los espacios televisivos advirtiendo de su alta probabilidad de
reincidencia. La gente exige conocer su aspecto actual y poder identificarlos.
Por doquier han aparecido sus caras actuales o su posible evolución,
determinada por complejos programas informáticos. En Valladolid las mujeres
tienen miedo a salir a la calle, también en Burgos y en algún barrio de
Barcelona. En Almadén de la Plata, acaudillados por su Alcalde, los vecinos
impiden a Manuel González González que regrese a la casa de su propiedad y
busque cobijo en la de sus familiares. Los hijos de
Valentín Tejero no quieren ni ver a su padre. Las Fuerzas de la Seguridad del
Estado, bajo el "consejo" y permisión legal de las autoridades
policiales y fiscales, les están siguiendo muy de cerca para saber en todo
momento dónde están y qué hacen: como el ojo de Dios, que todo lo ve, tienen el
objetivo siempre enfocado y nítido.
¡Esto es una locura colectiva!.
La probabilidad se ha convertido en certeza y ésta en la negación del derecho a
vivir a personas que han cumplido sus condenas y que, según las leyes, deben
vivir fuera de la trena, porque ya han satisfecho legalmente la pena que se
les impuso. ¿Pero dónde? ¿Co quién? ¿De qué y cómo pueden subsistir?.
-Eugenio, ¿estás defendiendo a estos carroñeros?. ¿No es verdad que
tienen una alta probabilidad de repetir las agresiones sexuales?.
-Estoy defendiendo simplemente el derecho a que puedan vivir y PUEDAN
demostrar que no NECESARIAMENTE volverán a cometer los mismos delitos.
Además no sé de qué os extrañáis.
No es la primera vez que en este blog grito contra quienes dogmatizan sobre la imposibilidad de cambio en los encasillados
como psicópatas.
La pregunta sería tan sencilla
como ¿por qué otros sí pueden cambiar hábitos
muy arraigados en sus vidas y estos no?. No es nada fácil dejar de fumar, hacer
ejercicio diario, proponerse metas y cumplirlas, llevar una dieta sana, tratar de hacer las
cosas lo más perfectamente que se pueda. Nada importante en la vida se consigue
sin esfuerzo y sin caídas y recaídas. Muchos, muchísimos caen pero, como diría
Marlatt de los alcohólicos, hay que concienciarles desde el principio de que
las recaídas son frecuentes y que las deben reconocer sin asumir lo que
denomina el efecto AVE (Abstinence Violation
Effect: Efecto de la violación de
la abstinencia). Sólo la conciencia de que la recaída no es más que un paso
hacia la recuperación definitiva, es un
gran avance para abstenerse definitivamente del alcohol o la nicotina.
A muchos les es basta con una
experiencia de consecuencias negativas
para que se decidan y se juzguen capaces de dar un giro a sus vidas. Volvamos
al caso de las niñas de Alcasser. La policía y las investigaciones
periodísticas nos han convencido de que Ricart no fue el cerebro de la
operación, sino Antonio Anglés, del que se dice que se halla "en paradero
desconocido". No parece que haya vuelto a cometer crímenes tan horrendos
como los de aquella nefasta noche. ¡Ya sería casualidad que durante varias
decenas de años no se le haya pillado nunca, a pesar de la gran probabilidad
que tiene de volver a cometerlos!.
Parece, pues, que pudo liberarse de aquella obsesión por violar
adolescentes.
-Pero hay delitos a los que no puede concedérseles una segunda
oportunidad.
-¿Quién está afirmando que a los violadores o asesinos en serie hay que
concederles otra oportunidad ?. Lo que estoy
afirmando es todo lo contrario, aunque parezca paradójico..
En los casos de ludopatías,
alcoholismo, tabaquismo, peso excesivo, falta de ejercicio, diabetes,
colesterol, infartos, etc. etc. etc. La sociedad
tiene en mente que las personas pueden salir de ahí. De esta manera se
crea un entorno social y material (cognitivo conductual, lo llaman hoy los
psicólogos, siguiendo la acertada denominación ofrecida por Marlatt y sus
colaboradores) que les facilita otra clase de pensamientos y de
comportamientos alternativos. La sociedad cree en su capacidad, en su
AUTOEFICACIA para ayudar a esas personas a que se JUZGUEN CAPACES para abandonar
el "vicio".
Pero en el caso de los violadores
y asesinos en serie ni la sociedad se considera capaz de poder ayudarles ni
cree en la capacidad de los sujetos de poder salir de su perversa
maldición. Y como no lo cree, le pone
todas las condiciones para que tampoco ellos se lo crean y vuelvan a las
andadas
Más aún, si por alguna
"casualidad" llegaran a tener la idea de abandonar sus tendencias
asesinas, la sociedad no se lo tolerará y le inducirá a que sus buenos
sentimientos se conviertan en necesidad de venganza y, ¿por qué no?, de volver
a hacer lo que se espera de ellos.
La teoría de Sherman sobre la
negociación para salir de la delincuencia, se fundamenta en la creencia mutua
de no agresión. La sociedad negocia y pacta con el delincuente el castigo que
este debe asumir, además del reconocimiento de su culpa. El delincuente
aceptará su culpabilidad y cumplirá su castigo con la seguridad de que la
sociedad olvidará de verdad su delito y le admitirá como un miembro más de la
misma. Caprara, años después, investigó
cómo esta teoría es eficaz siempre que
el delincuente tenga la seguridad de que la comunidad no estará a la espera del
próximo delito para imponerle castigo mayor. Si el delincuente no tiene este
convencimiento, generará la idea de que la
sociedad, la comunidad alberga sentimientos de venganza, y, por lo mismo, él
también siente necesidad de venganza y, bajo este convencimiento, cumple el
refrán de que "quien da primero da dos veces", y es él, el
delincuente, el primero que rompe un pacto que considera hipócrita. Y la
sociedad ve comprobada su creencia.
Entre los peligrosos delincuentes
que abandonan la cárcel por la abolición de la doctrina Parot, hay un caso
llamativo: el asesino de Anabel Segura, la chica que hacía footing en la
Moraleja una día festivo. Tanto durante el juicio como al salir de la cárcel,
reconoció que "fue un negocio que
salió mal". Parece que la sociedad encontró la explicación plausible y
Emilio Muñoz desapareció de los telediarios. ¿Por qué es él la excepción?
El grueso de los beneficiados por
la derogación de la doctrina Parot, no tienen conflicto con "su"
comunidad, aunque no asesinaron por casualidad, ni jamás han pensado que hicieran
un mal negocio del que deban arrepentirse.
Pensemos con calma. Pongámonos en
su lugar. No deben tener rostro. Nadie, ni sus familiares directos, les acogerán,
nadie les ofrecerá una salida digna para sus vidas. Sólo tienen una
identidad, sólo se espera de ellos que vuelvan
a delinquir, sólo se favorece que cumplan con esa identidad, sólo se siente venganza
y no perdón. ¿Qué salida les queda distinta a la de hacer lo que se les
"pide que hagan" y para lo que se sienten autoeficaces?
No te equivoques, no estoy
pidiendo oportunidades para delinquir, reivindico
para ellos que la sociedad les brinde la
oportunidad de no recaer. Sigo manteniendo, como en nuestro libro
"Psicología Jurídica", que el delito, como toda conducta humana, es,
en gran medida, contextual.
Buenos días Eugenio,
ResponderEliminarDe acuerdo en casí todo menos en lo del caso Anglés, que mis deducciones me llevan a pensar que está muerte, es más que probablemente lo mataron, estuve leyendo , justamente hace poco su historial, y la huida es de "risa". Llama a Ricard deja un sms en su contestador diciéndole donde está en un zulo, después a una peluquería de valencia a teñirse el pelo, más tarde un toxicómano lo reconoció en un estación y avisó a la policía le siguieron el rastro; fue a comprar un coche a unos gitanos y quedó de volver los gitanos avisaron a la policía. Lo estaban esperando cunado se aproximo en teoría decenas de policías se abalanzaron sobre él. Era su hermano el estaba escondido. Secuestro y le robó el coche a un sr. fue a coger un barco hacia Irlanda. El sr. Aviso tres días más tarde a la policía. lo localizaron saltó del barco, lo cogieron lo en cerraron en un camarote, se escapó y se tiró al mar, encontraron en salvavidas suelto y el nunca apareció. Sinceramente y de acuerdo a la estructura narrativa de lo que es este delito no creo que legara vivo a Irlanda.(todos se encuentran con él y lo reconocen
menos la policía).
Buenos días Eugenio,
ResponderEliminarDe acuerdo en casí todo menos en lo del caso Anglés, que mis deducciones me llevan a pensar que está muerte, es más que probablemente lo mataron, estuve leyendo , justamente hace poco su historial, y la huida es de "risa". Llama a Ricard deja un sms en su contestador diciéndole donde está en un zulo, después a una peluquería de valencia a teñirse el pelo, más tarde un toxicómano lo reconoció en un estación y avisó a la policía le siguieron el rastro; fue a comprar un coche a unos gitanos y quedó de volver los gitanos avisaron a la policía. Lo estaban esperando cunado se aproximo en teoría decenas de policías se abalanzaron sobre él. Era su hermano el estaba escondido. Secuestro y le robó el coche a un sr. fue a coger un barco hacia Irlanda. El sr. Aviso tres días más tarde a la policía. lo localizaron saltó del barco, lo cogieron lo en cerraron en un camarote, se escapó y se tiró al mar, encontraron en salvavidas suelto y el nunca apareció. Sinceramente y de acuerdo a la estructura narrativa de lo que es este delito no creo que legara vivo a Irlanda.(todos se encuentran con él y lo reconocen
menos la policía).
Un saludo