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martes, 8 de enero de 2008

JUSTICIA RESTAURADORA Y AUTOEFICACIA

Pudiera parecer que había iniciado el blog con mucho ímpetu y que este se me había agotado enseguida. Es verdad que llevo tiempo sin escribir, pero no sin dedicarme a la teoría cognitivo social. Muy al contrario. Ha sucedido que el día 18 de diciembre tenía que impartir una conferencia sobre autoeficacia y delicuencia, tema que me apasiona. Esto me obligó a posponer, a falta de la revisión de estilo, la primera entrega sobre la estancia de Bandura en la Universidad de Iowa.
Tras la conferencia me ofrecieron la oportuniad de publicar un libro sobre autoeficacia y delincuencia. En ello estoy. Espero terminarlo pronto, pues tenía redactado mucho sobre el tema. Pero he preferido tomarme unos días para ponerme al día de algunos temas.
El día de hoy, ocho de enero de 2008, lo he dedicado a repasar estudios sobre la justicia restauradora, o la aceptación de la culpabilidad o la verguenza social. Lawrence Sherman me ha entretenido hoy con sus estudios de Canberra. En especial con el que acaba de publicr con Tyler, Strang,Barnes y Woods (2007) Un entretenimiento agradable. Pero, la conclusión final, decepcionante: ni la justicia restaurdora, ni la justicia procedimental evitan directamente la reincidencia en las conductas delictivas (en Australia) de coducir bajo los efectos del alcohol.
Uno a veces se pregunta si tanto esfuerzo y tanta difusión de determinadas ideas merecen verdaderamente la pena. Pues no digamos la propaganda que ha tenido la teoría de Sherman (¡). Debería hacerse algún estudio sobre el por qué de la difusión de explicaciones y procedimientos cuando todavía no están probados.
¿Cual es la impresion que me queda hoy?. Que de una u otra manera estamos dando vueltas a las manidas ideas de las relaciones entre las actitudes y las conductas. La conclusión más evidente de este estudio que firman los "popes" de la justicia retauradora y la justicia procedimental, es que la personas que pasan por los procedimientos de la justicia restauradora,reconociendo sus delitos ante la sociedad y haciendo propósito de la enmienda, consideran que han sido mejor tratados que los llevados a juicio y condenados por los jueces. Tambien tienen un mayor aprecio de la ley y la consideran más legítima. A través de esta legitimidad, y dependiendo del sexo y de la edad,(!) parece que influyen sobre la no reincidencia.
Tienen razón los autores cuando afirman que hay que estudiar más a fondo los procesos psicológicos que evitan la reincidencia, además de modificar las actitudes y los valores.
Personalmente creo las personas que pasan por la estratega de la justicia restauradora y que hacen esfuerzos para no volver a reincidir quieren que se les ayude a lograr lo que desean: no reincidir, pues el procedimiento de la culpa les ha hecho recapacitar sobre su valor. Uno se imagina a esas personas deseando cambiar y SINTIÉNDOSE INCAPACES DE HACERLO.
De las cutro formas de generar la percepción de autoeficacia, la peor de ellas es la persuasión, la prédica. Y esa es la esencia de la justicia restauradora: predicar y afear al delincuente su delito. Pero le falta algo esencial: no le enseña qué es lo que debe hacer para poner en práctica sus bueos propósitos. O la estrategia de la justicia restauradora implanta la percepción de cómo no volver a caer, o todos los esfurzos del delincuente y de la comunidad caen en saco roto.
En los tratamientos de la justicia restauradora hay que dar un paso más: instalar en el delincuente arrpentido la percepción de que PUEDE, QUE ES CAPAZ, de no volver a delinquir.
Mucho criminólogos dicen que el arrpentimiento es el primer camino para la rehabilitación. Este arrepentimiento lo consigue muy bien la estrategia de la justicia restauradora o de la culpabilidad. Si le añaden las técnicas de autoeficacia quizás hayan dado con la metodología adecuada para evitar la reincidencia.
La propuesta es, pues, BIEN por la justicia restauradora y la procedimental porque logran el arrepentimiento y la verguenza social. MAL por la justicia restauradora que no enseña a sus arrepentidos a sentirse AUTOEFICACES para cumplir sus buenos deseos.