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martes, 19 de febrero de 2013

ROBAN, PERO NO ENGAÑAN


 

Estábamos ya sentados cada uno en nuestros pupitres esperando las preguntas del examen de sociología. El profesor, que venía de formarse  y enseñar en una universidad de Hamburgo, nos entrega las preguntas.  Dispuestos a escribir, nos interrumpe:
-En la universidad en la que enseño los alumnos no copian, no hacen competencia desleal a sus compañeros. Espero que ustedes hagan lo mismo. Les dejo solos. Cuando finalicen ponga sus respuestas sobre la mesa. Volveré a recogerlas.

Y de verdad, nos dejó solos. Nos miramos incrédulos. Momento de incertidumbre. Fue corto. Alguien salió a buscar sus apuntes y su libro de texto. A partir de ahí, como en los experimentos de la desindividuación, todos sacamos nuestros apuntes.
Años más tarde perfeccionaba mis estudios en la Universidad Gregoriana de Roma. Estaba  prohibido copiar ¡No faltaba más!. Pero también estaba prohibido hablar desde el momento de entrar en el aula.  Para recordar la norma, se había escrito en el encerado. Pensábamos que la prohibición era efectiva a partir  del momento en que se estregaran las preguntas. Pero no era así. En cada una de las cuatro esquinas del aula había un vigilante. Ninguno profesor conocido en la universidad. Su función, pues, era únicamente vigilar. Y lo hacían como autómatas. Entrabamos, si mal no recuerdo,  al examen de Psicología Evolutiva, que impartía un profesor francés, el que consideraba que ningún alumno se merecía más de un 8 (¡Chovinista!). Ingresábamos ordenadamente. Antes de habernos sentado, oímos una voz autoritaria:
 
- Ustedes dos, f¡uera!. No pueden hacer el examen.

Habían incumplido la norma de no hablar una vez traspasada la puerta del aula. No valieron explicaciones, ni escusas, ni ruegos. Todas rebotaban en una cara de hormigón. Ante cualquier  queja o  súplica, sin pronunciar palabra,  señalaba, con su índice acusador, la norma escrita en el encerado. ¡Todo el trabajo de una año echado a perder por hablar antes de conocer las preguntas!

Más tarde, en la Universidad de Stanford, experimenté  cómo los  estudiantes cumplían el  código de honor  universitario, en el que pueden leerse afirmaciones como: cualquier clase de conducta deshonrosa  agrede a toda la comunidad.... El código de honor se basa en la confianza, la integridad académica y el honor.... no tener ventaja injusta sobre  otros estudiantes mediante malas conductas académicas... la clase de conducta deshonrosa es una violación profunda de la confianza de toda la comunidad académica. Cuando concreta, llega a prohibir:  copiar sin citar, recibir colaboración  escrita o hablada de otros en los trabajos académicos, etc. "El estudiante debe firmar  el Código de Honor  antes de formar parte de la Comunidad Universitaria".  Y en Stanford, de nuevo, la norma es no vigilar los exámenes. Pero si se quebranta el código de honor, uno se inhabilita de por vida.
Dos culturas  diferentes. La misma diferencia que se observa en la política. En España es impensable que alguien tenga que dejar un Ministerio por haber copiado, hace 30 años, parte de su tesis doctoral o por pedir a su chofer oficial que lleve una escalera a casa de su hija, o por zarandajas  semejantes.

- Eugenio,  vas a comenzar una denuncia de la corrupción ?
-No, porque ha llegado el momento de que tampoco me fío de las denuncias mismas. Si me apuras, ni de las sentencias judiciales. Porque ¿quién filtra la declaraciones, los documentos, las grabaciones secretas? ¿Y  crees que se filtran gratis?.

-¡No, hombre! ¡La justicia es el último refugio de la honestidad! Si desconfiamos de ella no se podría vivir en sociedad. Es tan necesaria que algunas creencias religiosas se inventaron el juicio final, cuando asistiremos al striptease individual de cuerpo y, sobre todo, del alma, para reparar la injusticia que no se sanciona en la tierra.
-Entonces ¿de qué va esto?

-De una muy reciente e interesante investigación psicológica realizada y publicada por dos profesores de Harvard: Lisa Shu y Frances Gino, que tiene el sugerente título de: "barrer la  inmoralidad de debajo de la alfombra".
De norte a sur, de este a oeste, día sí y el siguiente segundas entregas. Yo no, pero tú más. La corrupción empapa el ámbito de las comunicaciones. Unos periódicos no dan credibilidad al competidor que la pública. En las tertulias políticas, basta con ver a los "diletantes", (siempre los mismo y siempre en todas partes y siempre con las mismas palabras), para anticipar lo que van a decir.  Podrían exponerse sus retratos y seguir sus sesudos  análisis coordinando adecuadamente  reproductores previamente sincronizados. ¡Ya aburren!. Falta objetividad de análisis en los medios de comunicación. También molestan las posturas extremas que se difunden por la red. ¿Es que no puede haber un poco de sensatez y no descalificar lass ideas o poropuestas solamente porque no están presentadas por los míos? ¡Y qué es ser de los míos! ¿Es que todo decisión tiene que ser rematadamente errónea o perfectamente adecuada?

Lo que llama la atención a los investigadores de Harvard es la unanimidad de todos los llamados a declarar por indicios de corrupción: todos niegan haber cometido falta y desean llegar a juicio para demostrar su honorabilidad y la rectitud de sus conductas. Hasta se apartan  "voluntariamente" de sus cargos para dedicarse a defenderlas.
Los investigadores de Harvard les dan la razón: no son cínicos, ni mienten. Sencillamente, se han olvidado de la norma moral que quebrantaron  por lo que afirman no haberla infringido. Sí, dicen la verdad cuando se consideran inocentes de haber quebrantado una norma que sus conciencias  lanzaron a las tinieblas de lo inescrutable por la consciencia.
 
Siempre he pensado que las investigaciones en psicología social son tan interesantes como una película de suspense y si no lo crees, sigue ésta.

Por lo que se refiere a la acción inmoral, la psicología sabía mucho de justificaciones de la conducta deshonrosa. De esta manera, se consiguió, por ejemplo, que personas anticastristas, tras pedirles que prepararan y expusieran en público argumentos a favor de Castro, modificaron sus actitudes. Si le regalas un ramo de rosas rojas a una persona que te parece fea, terminarás viéndola atractiva, porque ¿qué sentido tiene que le regales rosas rojas?. ­¡Mama mia!. Si ésta se ha casado, todo el mundo puede casarse. Gritaba una vieja en la Piazza Navona viendo salir a una novia de la iglesia de Santa Inés. Buena expresión de la disonancia cognitiva.
En la teoría sociocognitiva hablamos mucho de mecanismos de desvinculación moral, que convierten el acto inmoral en moral: por defender  valores ,  por ignorar las consecuencias de los actos o porque, al fin de cuentas, cada uno debe tener lo que se merece.

Los investigadores de Harvard dan un paso más: cometida una inmoralidad, se manda al olvido la norma, por lo que ya no protege la conducta. Sí, los inmorales olvidan las normas que, ahora, seguirán desobedeciendo sin necesidad de buscarse justificaciones.
La primera  hipótesis  de Shu y Gino es sencilla: ¿Olvidan las  personas las normas morales que quebrantan?.  En el primero de los cuatro experimentos de esta investigación, dicen a los estudiantes que han de escuchar, al mismo tiempo que ellos siguen en sus folletos, la lectura dos textos.  Un escrito se refiere al código de honor universitario, mencionado más arriba. El otro, contine las  normas o código de circulación del Estado de Massachusetts. Deben estar atentos, se les subraya,  porque, después de la siguiente tarea, tendrán que recordarlos. 

En la tarea siguiente  se enfrentan a 20 matrices en las que han de encontrar dos números que sumen 10. Cada matriz sólo tiene una respuesta correcta. Por cada acierto recibirán cincuenta céntimos de dólar. 10$ quien resuelva las 20 matrices. Para apuntar el resultado final de sus aciertos se les entrega  otra hoja, en la que se pone un ejemplo ya resuelto, además de pedirles datos como edad, sexo, estudio, fecha, etc. El tiempo que se les concede es insuficiente para resolver los problemas. Nadie puede terminarlos.
Ahora aparece el truco experimental. Los participantes han sido divididos, por azar,  en dos grupos. Llamemos al primero  grupo experimental y al segundo  grupo control. Los participantes del grupo experimental hace sus ejercicios, ellos mismos anotan sus aciertos, ellos mismos se administran el dinero que se les entrega en un sobre y ellos mismos tiran a la caja de reciclaje, (de triturado de papel) la plantilla del test (no la trituran) y colocan la hoja de respuestas y el dinero sobrante en una caja ubicada sobre la mesa del profesor. El grupo control hace los mismo a excepción de que es el experimentador  quien cuenta sus aciertos y les entrega el dinero que les corresponde.

-Me imagino que habrás entendido que cada grupo trabaja en dos lugares o momentos distintos. Levantaría sospechas que a participantes de la misma hornada, del mismo aula, les corrigiera sus resultados el experimentador y a otros no.
Mientras que los del grupo control no pueden hacer trampa, los del grupo experimental sí, porque son ellos los que corrigen sus aciertos y se auto administran los dineros, y, para más oportunidad, la hoja que tiran a la papelera no tiene su nombre, ni identificación alguna. Nadie nunca podrá decir si han sido honrados o inmorales. ¿Verdad?.

-Pues, entonces, ¿cómo se sabe que han infringido el código de honor universitario? Porque ahí reside la esencia de la investigación.
-Porque los dos papeles que manejan los participantes en el grupo control tienen trampa.

El ejemplo que se presenta en la hoja en que han de anotar sus acieertos tiene un número singular para cada uno de los sujetos y existe una matriz con ese mismo número en la hoja de respuestas. Una vez que los alumnos se marchan con su dinerito en el bolsillo, se emparejan las dos hojas y puede saberse cuántos han quebrantado el código de honor y en qué medida.
-Espera un poco para conocer los resultados. ¿Verdad que intriga?. Pero es que nos queda por explicar la última parte del estudio, la de la memoria de los textos leídos al inicio de la sesión experimental.

Finalizada la prueba de las matrices, se les pasa un cuestionario en el que tienen que recordar mandatos concretos tanto del código de circulación del Estado de Massachusetts como del código de honor universitario.
Ya hemos acabado: han escuchado las lecturas , han realizado la prueba de capacidad numérica, han recibido su dinero y han hecho el ejercicio de memoria.

Ya lo he dicho: los sujetos del grupo control no han podido mentir, porque es el experimentador el que ha corregido y entregado el dinero. Sólo los del grupo experimental lo podían hacer. Y el 32 por ciento de los sujetos del grupo experimental falsificaron sus resultados. Ninguno lo hizo equivocándose de menos. Hubo alguno que se gratificó por once respuestas incorrectas; la mayoría falsificaron entre dos y cinco.
Repasemos la hipótesis: quienes quebrantan una norma moral se olvidan de ella.

Esto se demuestra en la prueba de memoria.
-Perdona, sé que esto es un poco lioso, pero también lo son las películas de intriga y seguimos cada detalle para no perder la trama.

Tenemos ahora, al final del experimento, tres grupos de participantes. En el primero, entran todos los que el azar destinó al grupo control. Dentro del grupo experimental, hay ahora dos grupos: los que engañaron y los que no engañaron. ¿Y qué pasó con los recuerdos?. A eso vamos.
Los del grupo control recuerdan por igual los contenidos de las dos lecturas. Los del grupo experimental que no mintieron, también recuerdan por igual el contenido de las dos lecturas.  Los del grupo experimental que mintieron, recordaron igual que los dos grupos anteriores los contenidos referentes al Código de Circulación de Massachusetts, pero  recuerdan significativamente menos que los otros dos grupos los contenidos del código de honor universitario. Para mayor prueba,  se demuestra que existe una correlación entre el número de delitos cometidos y el empeoramiento de la memoria: a más delitos menos memoria del código ético.

La conclusión es clara: se olvidan las normas que se quebrantan y no las que no se quebrantan.
Luego es verdad. Ya no puede extrañarnos que todos los defraudadores pillados por la justicia declaren públicamente su honradez. No mienten cuando dicen que la justicia les restablecerá su honor. Sencillamente han olvidado que existen tales normas.

Lo que no demuestra el experimento es que en el momento de ejecutan el acto delictivo no sean consciente de ello. Al contrario.
-¡Puf! ¡Llevo ya cuatro páginas escritas! Esto es demasiado para un tema de mi blog. Si estuviera en clase...

Continuará.

¿Cómo continuarías tú? ¿Te convence? ¿Por qué?.

sábado, 6 de agosto de 2011

ANDERS BEHRING BREIVIK: I. MECANISMOS DE DESVINCULACIÓN MORAL



Publicado un documento, el autor pierde el control sobre él. Sucede frecuentemente que el autor se convierta en lector de sus escritos. Como el criminal, que siente la necesidad de conocer las reacciones de los demás y vuelve al lugar de los hechos confundiéndose con los curiosos, uniendo sus denostaciones a las del público, el escritor relee sus escritos para acercarse a la percepción de los demás lectores.

Releyendo el tema de junio, entendí, como lector, que violenté el sensacionalismo con la barra de hierro, la cuna y el amasijo de huesos y masa gris. Es cierto que no es posible encontrar mecanismo de desvinculación para tamaña monstruosidad. Me prometí rebajar la repulsión de tan macabro cuadro. Pero la cacería de jóvenes realizada por Anders Behring Breivik, en la isla de Utoya, ha superado mi descripción del mes de junio y alterado mis planes para el de julio. Declarar que se siente satisfecho por la matanza de decenas de adolescentes que, guiados por ideales políticos, viven juntos en un campamento de verano, se aprecia como el no va más de la maldad y degeneración humana.

Vestirse de uniforme policial, cargarse de armas y munición, superar la distancia que separa la ciudad de Oslo y la isla de Utoya, informar a los organizadores del atentado producido en el distrito gubernamental ofreciéndoles protección contra posibles terroristas, acceder al salón donde los jóvenes comparten con entusiasmo y visión sus ideales, sacar las armas de repetición y convertir el auditorio en un clamor de cuerpos amontonados, mutilados, desangrándose, convergiendo los hilos de sangre de cada cuerpo en torrente y charco que empapa los blogs de notas y, luego, tener la paciencia de perseguir por caminos y matorrales uno a uno a los supervivientes, cruzarse las miradas y convertir su pánico y súplica en estertor y mueca de difunto, sobrepasa los límites de lo imaginable.

Sobrepasa, también, el límite de lo explicable y, sobre todo, de lo previsible. Alguien, en alguna tertulia, sentenciaba sobre lo poco que sabemos los criminólogos del comportamiento criminal. Tan poco, que no podemos prevenir estas masacres salvajes. Todo parecía normal en la vida de un educado joven de 32 años que desayunaba los días festivos con su madre. Nadie, ni los más íntimos, hubiera apostado por este modo de comportarse.

Por muy incomprensible que parezca, el comportamiento de Breivik no puede compararse con el del asesino de inocentes que carece de principios morales y no siente la necesidad de buscarse justificaciones o mecanismos de desvinculación.

Para encontrar la diferencia entre estas dos clases de crímenes, habría que hacer una cirugía psicológica al razonamiento y motivación estos dos tipos de ejecuciones. La del que asesina sin justificación alguna, necesita una cirugía complicada y nada segura, la cirugía psicológica de Anders Behring Breivik es sencilla, porque ha ofrecido todas las claves en un COMPENDIO (afirma tener escritos 3 volúmenes) de 1515 páginas que los criminólogos, espero, leeremos detenidamente para adentrarnos en las mentes criminales.

Confieso que las noticias sobre la masacre de Oslo y de la isla de Utoya hicieron que cambiara el tema que tenía pensado para el mes de julio. Como siempre, tracé mi esquema, pero nada más escribir las primeras líneas reviví los estados de ánimo por los que pasaba al leer mis escritos científicos: notaba que si no leía el manifiesto, al menos por encima, no tendría autoridad para hacer determinadas afirmaciones. Sobrevolaba unos cientos de páginas y retomaba la escritura. Pero de nuevo me asaltaba la necesidad de tener más conocimiento de la mente de este criminal, que contaba todo lo que pensaba, al menos aparentemente. Retomaba la escritura, y de nuevo me embargaban los pensamientos de falta de autoridad.

Finalmente, creo haber sobrevolado el monótono paisaje de esas 1515 página. Un paisaje árido y anodino. Muchas veces he tenido la sensación, como fotógrafo que maneja un poco los programas de edición digital de imágenes, que Breivik ha utilizado con exceso la herramienta de clonación.

Pero entre tanta repetición y estancamiento, he llegado a la conclusión de que con esas páginas se puede hacer todo un tratado de desvinculación moral y de autoeficacia para la delincuencia.

Este no es el caso descrito en el tema del mes pasado. Distinto del desalmado y carente de principios asesino de niños, el asesino noruego , por desgracia tiene demasiados “sofismas históricos y morales”.

Por desgracia sí, porque no existe mayor instigador para hacer daño que convertir las acciones criminales en problemas de moral, de reclamo de conciencia y responsabilidad.

Pero antes de esbozar algunos de los argumentos que aparecen en el DOCUMENTO, quisiera que te ubicaras en la mente de alguien que se ha pasado más de nueve años pensando en una sola dirección: la maldad de quienes por demografía y convicciones religiosas, el Islam , que por convicciones religiosas debe hacer la guerra santa a todos los infieles, y los neo marxistas multiculturalitas, que han infectado a la sociedad occidental de tolerancia para con las degeneraciones que han degradado los genuinos valores de la Europa “nativa”.

Me ha sorprendido la curiosa explicación histórico-ideológica de la implantación, especialmente en el mundo académico, de LO POLÍTICAMENTE CORRECTO, a partir de las ideas marxistas pasadas por la escuela de Frankfurt de Lukács, Wilhelm Reich Erich Fromm, y sobre todo de Herbert Marcuse y Theodor Adorno, autores a los que uno leyó en sus tiempos de joven universitario, pues eran de obligado conocimiento.

I’ve spent a total of 9 years of my life working on this project. The first five years were spent studying and creating a financial base, and the last three years was spent working full time with research, compilation and writing. Creating this compendium has personally cost me a total of 317 000 Euros (130. 000 Euros spent from my own pocket and 187 500 Euros for loss of income during three years). p.15

¡Más de nueve años dedicado a buscar argumentos para la defensa de la genuina y desfigurada Europa, apaleada durante siglos por el Islam y, desde la Segunda Guerra Mundial, por el solapado marxismo cultural que ha abrazado las ideas de libertad de Eric Fromm, la rebelión contra la autoridad de Adorno o la liberación sexual y el feminismo de Marcuse!. Sólo por disonancia cognitiva tiene que estar cargado de odio. ¡No se puede emplear una vida y todos los recursos en algo que nono merezca la pena o que sea una falacia!.

Y durante este tiempo se ha retroalimentado de energía moral para planificar y ejecutar una acción salvadora.

De todos los mecanismos de desvinculación moral propuestos por Bandura, sin duda, el que vuela sobre todo el documento de Breivik es el de la obligación moral de salvar a Europa de sus traidores y recristianizarla:

After all, we do not only have a right to resist the current development, it is our duty as Europeans to prevent the annihilation of our identities, our cultures and traditions and our nation states (p13). It is not only our right but also our duty to contribute to preserve our identity, our culture and our national sovereignty by preventing the ongoing Islamisation. (15).

Y esto se consigue causando, al menos inicialmente, mucho daño. Daño irremediable y no deseado, pero necesario:

“We do not want to do this, but we are left no choice….. Some innocent will die in our operations as they are simply at the wrong place at the wrong time. Get used the idea. The needs of the many will always surpass the needs of the few. Once you decide to strike, it is better to kill too many than not enough …. 846

Este mecanismo moral alcanza visiones de éxtasis cuando se apela al martirio: morir por la causa es la entrada en la inmortalidad de los héroes que se eternizan en la memoria de las generaciones posteriores salvadas con el propio sacrificio.

Embracing martyrdom is not something you suddenly decide to do, but it is a process that takes time and requires effort and self contemplation 854

They may physically kill a Justiciar Knight, but your name will be remembered for centuries. Your story will be told to future generations which will significantly contribute to the morale in the emerging Western European conservative resistance movement.947

En la teoría de Bandura, el mecanismo de desvinculación moral suele acompañarse de los eufemismos sanitarios o preventivos: a veces hay que amputar el miembro gangrenado para que no se apague la vida:

There are situations in which cruelty is necessary, and refusing to apply necessary cruelty is a betrayal of the people whom you wish to protect.

“Violence is the mother of change.”848

Pero que conste que la culpa no la tendrán los Pauperes commilitones Christi Templique Solomonici (PCCTS), que serán meros defensores de los ataques arremetidos contra Europa por sus enemigos. Estos son los que tienen la culpa. Que la culpa la tenga la víctima, es otro de los mecanismos de desvinculación moral, tan potente como el de la obligación moral Los nuevos cruzados de la futura Europa no hacen más que defenderla y reparar las injusticias perpetradas por sus enemigos.

Everyone needs to know that we are a purely defensive movement. We didn't start this fight that is leading us to cultural suicide. They did, the cultural Marxists/multiculturalists. We are simply doing what is necessary to protect European culture and to make sure we won’t end up under Sharia law.664

La manera de restablecer esta justicia arrebatada consiste en un golpe de estado. Eso, nada de andarse por las ramas, abatiendo a uno u otro aquí y acullá. Las cosas hay que hacerlas bien y de manera decisiva. No se recrea una Orden Militar nacida durante las cruzadas si no es para derrocar imperios, especialmente el Otomano o sus restos. O para desalojar del poder a los partidos que sostienen la traidora Unión Europea,

Thereby demand that our National Military Command immediately and without hesitation initiate preparations to seize political control of the country through a coup d’état, declaring martial law, suspending the constitution, securing the national borders, key institutions, arrest, try and execute all category A and B traitors and implementing cultural conservative rules and regulations (through military tribunals).816

Eso, eso. Una vez tomado el poder hay que sentar en el banquillo a quienes activa o pasivamente han traicionado las raíces de la identidad Europea. ¿Y de qué se les acusa?

-Llegado este momento he dudado si presentar todos los cargos que Breivik tiene contra los dirigentes europeos. Son muchos. Pero muchos (¡).

-Supongo que, habiendo dedicado más de nueve años a su estudio, han de ser muchos .No sé si su enumeración resultará aburrida.

Como verás son muchos y, sobre todo, muy repetitivos, pues al final me he dado cuenta de que si uno se detiene a leerlos despacio, encuentra todos los argumentos frecidos por Breivik para justificar la ejecución de 76 personas, con decidida intención de cometer un magnicidio. De verdad, si quieres hallar un resumen del farragoso documento 2083, repasa los siguientes cargos por los que cree que han de sentarse en banquillo de los acusados a los dirigentes y pensadores occidentales de los últimos 60 años.

1a. Aiding and abetting to cultural genocide against the indigenous peoples of Europe

1b. Aiding and abetting a foreign invasion/colonisation of Europe by allowing systematical Islamic demographic warfare (by the Global Islamic Ummah)

2a. Contributing to deliberately disallow Europe’s indigenous peoples from exercising the right to resist the Islamic invasion/colonisation through demographic warfare.

2b. Contributing to institutionalised persecution, discrimination, harassment, illegal monitoring, incarceration, torture and/or mental/physical abuse of any and all individuals who attempt to resist or oppose the Islamic invasion/colonisation of Europe through demographic warfare and/or cultural genocide. 781

2c. Aiding and abetting to cause the extinction of the indigenous Europeans’ by creating and/or maintaining the Marxist social structures which has lead to an average fertility rate of less than 1,5 among the indigenous Europeans.

3a. Contributing to deliberately and systematically preventing Europe’s indigenous peoples from exercising the right to self-determination.

3b. Contributing to undermine and destroy the Western European democracies by deliberately and systematically importing Muslim voters, encouraging to Islamic block voting and encouraging to Islamic demographic warfare for the purpose of increasing and/or growing voter base.

4. Contributing to deliberately exposing and thus endangering Europe’s indigenous peoples to individuals and groups who exercise a fascist, violent, discriminating and genocidal political ideology known as Islam. These individuals and groups are all members of the Global Islamic Ummah, who

5. Participation of indirect atrocities against Europeans.

7a. Indirectly or directly supporting and/or contributing to the creation, marketing and implementation of multiculturalism, an anti-Western hate ideology aimed at undermining the indigenous peoples of Europe and destroying European civilization and culture. Multiculturalism has never been about tolerance.

7b. Contributing to systematical ideological coercing and brainwashing (also known as thought reform or re-education) of the indigenous peoples of Western Europe in the attempt to modify people’s social and political philosophy and instilling certain attitudes.

¡Caramba! Esto ha sido como el ejemplo que pone D. Bem cuando introduce el tema de la autopercepción a partir de la conducta observada: Alguien a quien se le invita a tomar algo declina la invitación alegando no tener hambre o sed. Ante la insistencia de quien le invita se decide a tomar, intencionadamente, solo un pequeño bocado. Pero la conversación se anima, los contertulios hablan y alargan el brazo ingiriendo las distintas ofertas colocadas sobre la mesa. Transcurrido el rato de conversación, el invitado inapetente se da cuenta de lo mucho que ha ingerido y se admira: ¡No creía yo que tenía tanta hambre! Del acto de haber comido más de lo esperado deduce el comensal que su hambre era mayor que la que creía. De donde se deduce, afirma Daryl, que nuestro mundo interior se deduce de la percepción de nuestras acciones.

Pues, eso, que no era mi intención escribir tanto sobre el asesino de Oslo. Pero esto se ha alargado habiendo abandonado en el camino algunas ideas menores.

Dejo esta entrega aquí, pues me parece que lo escrito hasta ahora demuestra claramente cómo los asesinos que tienen principios morales, utilizan muy bien los mecanismos de la desvinculación moral.

Breivik no se quedó en la filosofía. Pasó a la acción. Y adelanto que pasó a la acción porque se sintió capaz, autoeficaz para ejecutarla. El tema de su autoeficacia para ejecutar la acción en la próxima entrega.