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martes, 25 de mayo de 2010

TORRENTE BALLESTER EN SALAMANCA. ENCUENTRO CASUAL


Al octavo mes ríes

Con cinco azahares

Con cinco diminutas

Ferocidades

Con cinco diente

Como cinco jazmines

Adolescentes

Estos son los últimos versos que he aprendido de memoria. Los aprendí junto a mis nietos, Gadea y Beltrán, hace dos semanas. Con tan sólo seis y cuatro años, respectivamente, tenían que comentar algunos versos de Miguel Hernández. Estamos de aniversario del llamado poeta pastor, muerto solo y abandonado en la cárcel de Alicante.

En las últimas semanas he vuelto repetidas veces a Salamanca. Deambulando por su Plaza Mayor, la he encontrado, como todos los años por estas fechas, enjaezada con las casetas de la feria del libro. El cartel que cubría el lateral de una de ellas me llamó la atención: una fotografía de Torrente Ballester con su firma innumerables veces repetida. Aquel diseño me recordó que, efectivamente, el 13 de junio cumpliría 100 años. Me extrañó que esta fuera la primera noticia del aniversario de su nacimiento. ¿Por qué unos centenarios se celebran más que otros? Respecto a Miguel Hernández lo tengo claro. El no homenaje nacional a Torrente Ballester, Don Gonzalo, creo, (sólo creo), tiene la misma explicación que la deferencia con Miguel Hernández. Recordar su nombre puede ser políticamente in correcto porque se ignora su itinerario intelectual y político Creo (sólo creo), por ser el pregonero de la primera manifestación de la Ciudad de Salamanca contra el desmantelamiento del Archivo de la Guerra Civil Española. Sus desafortunadas y, por él mismo lamentadas, palabras de “derecho de conquista” soplan en dirección contraria a lo que oficialmente se lleva.

- Eugenio, qué tiene que ver esto con el tema de tu blog? ¿Quieres mostrar a Torrente Ballester como autoeficaz?


- Nada de Torrente Ballester: ¡Don Gonzalo!.Lo quiero introducir porque es uno de esos encuentros casuales que cambiaron su vida y la de otras personas cercanas a él y que se iagnora.

Los salmantinos relacionan a Don Gonzalo con su Capital. En sus incesantes idas y venidas por distintos lugares de la geografía española y extranjera, halló el más largo reposo, en vida, en la Ciudad de Salamanca: 1975-1999, casi 25 años. Muchos le recordarán paseando cansino, bastón en mano, agarrado al brazo de Fernanda, subiendo la pendiente de la Calle Toro o dando la ritual vuelta a los soportales de su Plaza Mayor. Los visitantes que descansan en el literario Café Novelty se hacen fotos junto a su estatua, que ocupa allí permanentemente su silla, la de todos los días. Puede volverse a tomar café con él. Hasta hace unos años el Café Novelty se asociaba a la figura de Unamuno. Desde hace poco, la inmutable presencia de Don Gonzalo va relegando a Unamuno a su novela Niebla. Día llegará, pasadas muchas estaciones, en que su estatua tenga tantos poderes amorosos y académicos como la rana de la Universidad. Cada vez que visito el Novelty le paso la mano por el hombro y le susurro: Don Gonzalo, ¡cuántas hora pasadas juntos! No olvidaré su presencia entre el público que asistía a los ejercicios de mi oposición a Catedrático. Y obtuve la plaza.

-Veis, de verdad, su presencia tiene poderes de éxito académico.

Se encontró muy a gusto en Salamanca. Se extrañaba de su apacibilidad. Lo atribuía a la acogida que le dieron los salmantinos. Especialmente sus amigos más cercanos a los que dedicó, en portada, unidos para siempre en letra impresa, alguna de sus novelas. A mano conservamos otras dedicatorias: Para Isabel y Eugenio, con la esperanza de dedicarles, todavía, dos o tres novelas más. (La Isla de los jardines cortados). Para Isabel y Eugenio, a los que quiero tanto que no me atrevo a dedicarles esta novela (Fragmentos de Apocalipsis). Para Isabel y Eugenio con mi amistad cada vez más verdadera, cada vez más duradera (Dafne y ensueños).

Son pocos los que conocen cómo se estableció esta relación entre Salamanca y Torrente Ballester. Lo que sigue pretende ser un recuerdo afectuoso de los avatares que terminaron con sus días en Salamanca.

Durante los primeros años de los setenta, Isabel Criado, estaba trabajando en su tesis doctoral sobre Pío Baroja: La Personalidad de Pío Baroja. Inició la tesis con Lázaro Carreter, pero inmediatamente vino la desbandada de catedráticos ilustres: Lázaro Carreter, Sánchez Ruipérez, Artola, etc. a la Universidad Autónoma de Madrid, principalmente. Por este motivo se hallaba un poco abandonada de dirección. Se había pasado dos veranos en Vera de Bidasoa, en la casa de Pío Baroja, con el permiso de su sobrino Julio, leyendo, fotografiando material y hasta encontrando manuscritos de obras importantes de Don Pío, que religiosamente entregaba a Don Julio. Este era un poco huraño, decían las malas voces. A Isabel le tomó un especial cariño y pasamos tardes enteras charlando sobre su tío y sobre mitología del País Vasco. Entrábamos en aquel caserón lleno de libros, pluma y cámara en mano. Subíamos al primer piso y nos encerrábamos en el pequeño despacho de don Pío. Trabajábamos en la misma mesa donde escribió tantas de sus novelas y sus sagas. A mí, abducido por Freud en aquellos años, me tocó analizar uno a uno un libro de sueños que escribió durante su estancia en París.

Mucho material, muchas ideas. Pero la inseguridad del principiante busca rodrigón en los maestros. Don Gonzalo era conocido por sus acertadas críticas literarias, plasmadas en el Manual de Literatura Española Contemporánea y en los periódicos nacionales. Acaba de llegar de Albany y vivía en la Gran Vía madrileña. Logramos su dirección y acogió con amabilidad la petición de charlar con él sobre Don Pío. A partir de entonces, la relación se mantuvo hasta su muerte.

Comenzaban por entonces, en la Universidad de Salamanca, los Cursos de Español para Extranjeros, fundados por Don César Real de la Riva. Isabel era su Adjunta en la Facultad. Don César delegó en ella toda la gestión académica de los mismos. Veranos ajetreados los de los 70. Se creó un curso superior de filología al que fueron invitados TODOS los literatos de Todos los géneros en lengua española, tanto nacionales como extranjeros o exiliados. Aquellos cursos tuvieron, también su sección política. Es inolvidable la conferencia de Gil Robles. Don Gonzalo fue invitado por Isabel a dar un curso sobre la creación literaria, que sería el germen de su futuro discurso de ingreso en la RAE, apadrinado por Cela.

En la narración de esta historia es imprescindible introducir un nuevo personaje: Don Armando del Greco, Director del Departamento de español y portugués en la Universidad de Virginia. Junto con su mujer, Dña. Laura, iniciaron un título académico de Máster en Español ( ¡en aquellos tiempos!) dedicado a los futuros profesores de español en las Universidades Americanas. Ocupaba el Colegio Fonseca con sus alumnos durante todo el verano , para los que, además de asistir las clases normales, elegía profesores especiales. Era don Armando un hombre alegre, entusiasta, emprendedor, infatigable. Las dificultades eran su crecimiento. Muchos profesores de las Universidades españolas no aguantaron el recio control de calidad que D. Armando exigía. No le dolían prendas y se quedaba solamente con los mejor evaluados, al margen de su puesto académico.
Algunos de sus estudiantes tuvieron dificultades para obtener su licencia docente por no serle reconocidos sus estudios en Salamanca. Don Armando logró que vinieran evaluadores de Estados Unidos. Durante dos veranos visitaron las clases, hablaron con los profesores y alumnos, se adentraron en la rigurosidad de la administración, de los exámenes de ingreso y el sistema de calificaciones. Los cursos de Español para extranjeros de la Universidad de Salamanca fueron reconocidos en sus instituciones académicas. ¿Por qué Salamanca nunca ofreció un merecido homenaje a Don Armando del Greco?

La tenacidad de Don Armando, el rigor académico impuesto por Isabel Criado y la gran calidad de las enseñanzas de muchos profesores, que iniciaron su andadura académica en los cursos, los auparon internacionalmente hasta el punto de ser envidiados y copiados por otras universidades. En pocos años, de unos 200, pasaron a ser 3.000 alumnos y con ellos vinieron las compañías de teatro, los cantautores y la música pop del momento. Los prolegómenos de LAS NOCHES DE FONSECA.

Isabel recomendó a Don Gonzalo como profresor del Máster en Español de la Universidad de Virginia. Se hospedaba en el Colegio Fonseca. Triunfó como profesor,  tanguista y contador de historias.No he conocido a nadie que cantara los tangos como Don Gonzalo. Al finalizar la cena se sentaba el rincón izquierdo del salón de Fonseca, cobijado en la esquina que formaban la pared y la puerta de entrada. Se rellenaba en la butaca, con una mesita baja ante sí. Alumnos y profesores rejuntaban las sillas en su entorno. Las horas se hacían interminablemente agradables. Daba igual hablar de Ortega, de Laín Entralgo, de Alberti o Buero. Opinaba sobre todo. Contaba historias de su Galicia natal, de cómo aprendió a leer tirado en el suelo mientras escuchaba historias de marineros y de meigas. Dos, tres y hasta cuatro años visitó Salamanca a comienzo de los setenta

Un día nos comunica su decisión: me he dado cuenta de que en Salamanca me desaparecen los achaques que padezco. Me encuentro muy a gusto aquí. He hablado con Fernanda y hemos decidido venir a vivir aquí. En el próximo concurso de traslados voy a pedir Salamanca. Recibimos aquella noticia con agrado.

A partir de aquel momento él se puso a preparar los papeles y nosotros lugar donde albergar a sus siete hijos y el matrimonio. (Solía contar, con chanza, cómo alguna mujer le llamó misógino).Tarea nada fácil. Finalmente encontramos un piso grande en la calle Toro. Era del Sr. Jaén, un comerciante de Salamanca. Lo acababa de reformar y tenía mucha preocupación porque se los trataran bien. Le hablamos de la personalidad de don Gonzalo y terminamos, con muchas dificultades, convenciéndole. Don Gonzalo hizo dos o tres viajes a Salamanca para dar su consentimiento a lo que íbamos proponiéndole. Todo parecía encajar.

Llegó el momento de elegir plaza y la eligió. ¡Vaya que si la eligió! Equivocadamente eligió un instituto de Cuenca. Se desasosegó mucho.

Era Delegado de Educación Isidoro González, al que conocíamos por compartir amigos. Ya le habíamos hablado de la llegada de Don Gonzalo a Salamanca. Estaba contento. Incluso habíamos propuesto que le liberase un poco de clases y le permitiera dedicarse más a su escritura. Durante unos días todo el proyecto se aplanó. Pero, finalmente, y no me digáis como, Isidoro nos dice que don Gonzalo debe hacer una rectificación. El Ministerio admitió la rectificación y don Gonzalo llegó a Salamanca con Fernanda, su mujer, con Fer, Fran, Álvaro, Jaime, Juan, Luis y José, este último de 6 años. Impartió clases en el Torres Villarroel. Vivieron unos años de alquiler en la calle Toro. Desde la ventana de su estudio se veía la Torre del Aire, por lo que sus crónicas dejaron de llamarse Cuadernos de la Romana y recibieron el título de La Torre del Aire.

Todos los años los alumnos de Literatura Española Contemporánea leían alguna de sus obras. Y solamente en las clases de Isabel Criado tenía voz universitaria “el Señor de las Palabras”. Voz que otros le negaron porque, durante mucho tiempo, despreciaron la calidad de su palabra escrita. Don Gonzalo pudo así, todos los años satisfacer su profunda vocación de profesor universitario.

Con el dinero ganado en alguno de sus premios, quizás el Príncipe de Asturias y los derechos de autor de Los gozos y las sombras, se compró el piso en la Gran Vía. Especialmente en este último, al calor de la chimenea encendida, cenábamos muchas noches. Las conversaciones amenas, cultas. Detrás de sus abundantes dioptrías se adivinaban sus ojos inteligentes que se restregaba con la mano o acercaba en exceso al texto. Cuantos tuvimos el honor de escucharle tenemos el convencimiento de que muchas de las novelas que luego publicó nos las contaba en aquellas noches de tertulia fecundadas por leyendas gallegas.

Una vez más, como defiende la teoría cognitivo social, las casualidades hicieron que Torrente Ballester y Salamanca, se ahijaran para siempre. Pena que su herencia literaria no permaneciera también en la ciudad.

Así fue como Torrente Ballester aumentó la lista de literatos ilustres que hicieron famosa la Ciudad del Tormes. Y si os la cuentan de otra forma, es mentira.

sábado, 1 de mayo de 2010

YA ES HORA DE QUE ME LLEVEN

En el patio de la facultad de Psicología de la Universidad de Harvard se halla instalada una fotocopiadora. Introducir una moneda en su ranura da derecho a la reproducción de documentos.


Ellen Langer y sus colaboradores eligen este comportamiento para demostrar que el lenguaje puede ser un instrumento que hurte a las personas el control de sus acciones. Lean y juzguen.

El colaborador de los investigadores, desconocido en la Facultad, abordará a los usuarios de la fotocopiadora pública. Les tanteará según la decisión del azar. A un tercio de los usuarios les dirá: por favor, ¿me permite sacar una fotocopia? Al segundo tercio les pedirá: por favor, ¿me deja sacar una fotocopia porque tengo que sacar una fotocopia? Finalmente, al último tercio les explicará: Por favor, ¿me deja sacar una fotocopia porque la necesito para la clase que estoy comenzando?

Sin que te lo haya pedido, has concluido que los abordados de los dos primeros grupos han continuado sacando sus fotocopias pues también ellos están duplicando documentos porque necesitan duplicarlos. Cederían su puesto, únicamente, a quien le comunicara su urgencia, pues ¿quién no ha lamentado un olvido que arruinó una actuación a la que le había dedicado horas de preparación? La razón que esto últimos le ofrecen es potente.
Parece lógico. Pero no es Psico-lógico

- Pues, en contra de lo que estás pensando, no fueron solamente los de la urgencia los que lograron arrebatar al usuario el dominio de la fotocopiadora. Se lo arrebataron por igual los del grupo segundo que oyeron el mismo porque que los despistados del tercer grupo…. Ambos grupos se diferenciaron del primero.


- ¡Increíble!. La razón que ofrecen no es válida. ¡Obviamente si estaban sacando una fotocopia era porque tenían que sacarla!


- Cierto, pero la conjunción "porque" les cerró su mente (mindlessness) para procesar que la razón era inapropiada.

Suponían los investigadores que cuantos escucharan la palabra porque, detendrían el procesamiento de la información, dando por supuesto que las razones que se aportasen serían auténticas.

A este dar por supuesto lo llaman adecuadamente compromiso cognitivo previo. Fenómeno que se cobija bajo el paraguas más extenso que llaman mindlessness: no procesar ni tener en cuenta todas las circunstancias que rodean la toma de decisiones. De esta manera, y sin recurrir a magia alguna, pueden robarnos el dinero al darnos la vuelta de una compra,  nos cobren de más en una gasolinera (sobre todo en la que nos sirven) porque suponemos que el contador del surtidor se ha puesto a cero. Tampoco nos preparamos para la enfermedad porque enfermos son los demás. La mayoría de las personas no se adaptan al paro o a la jubilación porque nunca han pensado qué harían se hallara en esas circunstancias y cuando les llega la hora segura no tienen armas acumuladas para afrontarla  y se hunden, por carecer de iniciativas, hasta dejarse morir lentamente.

-¿Qué vas a ser de mayor? Pregunto a quienes me comunican su jubilación

No es que estas situaciones nos pillen por sorpresa. Todo lo contrario, nos pillan muy concienciados por haber aceptado los compromisos cognitivos previos que los demás nos han impuesto. El lenguaje es uno de los más perversos instrumentos utilizados por la sociedad para inutilizar a las personas.

Vivimos en un mundo caótico, nos cuentan los pensadores de última hora. La mente humana no puede vivir en la incertidumbre, en el caos, dicen desde siempre los psicólogos. La palabra que da nombre a una porción del caos es la cámara fonográfica que deja atravesar por su objetivo, en fracciones de segundo, una mínima cantidad de rayos de luz y los convierte en imagen a la que se da valor de copia de la realidad. Una vez captada y visualizada, nos olvidamos del caos de su procedencia. Una vez visualizada, como en las sombras de Platón, le damos el valor de evidencia de la  única realidad.

-Eugenio. No te disperses por tus conexiones psico-filosóficas. Porque ¿no irás a hablar también de las abstracciones aristotélicas o las reducciones de Brentano o de Husserl?

- Tienes razón. Mi intención es mucho más de andar por casa. Pero, eso sí, no me alejes de mi psicología científica y sus aplicaciones a la vida cotidiana .Por favor.

Lo que me ha inspirado el tema de este mes ha sido la reciente campaña de Antena3 y Onda Cero: PONLE FRENO. La excelente idea ha calado tanto que hemos colaborado mejorando el estado y la señalización de las carreteras. Con eléxito, los chicos han sacado pecho y este año han tenido la infeliz idea de expulsar del asiento del conductor a las personas mayores de 70 años. ¡Así, por la buenas! Todos los días oímos de tremendos accidentes de gente joven, casi nunca de personas de 70 años. Pero se meten con los “viejos”. ¡Anticonstitucionales ellos! Ya me imagino al conductor del vehículo, parado en el semáforo, bajando la ventanilla y gritándole al conductor de al lado: Viejo, ¡PONLE FRENO! La perversión de la campaña es aún más despreciable al haberse atrevido a poner a UNA POBRE VIEJA (mujer por supuesto) pidiendo que ya es hora de que la lleven. Mujer y vieja dispuesta a perder su autonomía teniendo que revelar al hijo (no tendrá dinero para el taxi) los lugares que visita, las compras que realiza y las personas con las que habla. Aunque, como buena madre, preferirá quedarse inactivas en casa para no molestar a los hijos. ¡Los pobres, tienen tanto que hacer!

Las investigaciones psicológicas están demostrando precisamente los contrario: la calidad de vida y la conservación de la actividad mental de las personas de tercera edad, (¡Qué caramba!, de los viejos) depende de que tengan proyectos. Hasta los centenarios siguen siendo más agudos mentalmente cuando tienen encargos y adquieren compromisos.

Ya sé que estas palabras suenan a exageradas, que van contra el sentido común. Los viejos tenemos que aceptar nuestras limitaciones y nuestra “quiebra final” (terminal drop, decimos pedamentemente en psicología). La campaña de Antena3 y Onda Cero son el reflejo de lo que piensa la sociedad. Son reflejo y serán causa del deterioro mental de muchas personas viejas.

Porque sé de ese irracional sentido común, me atrevo a traducir las siguientes palabras de E.Lange. Allá van en inglés, para que no se oxide a mi edad: A more direct measure of mindfulness is it s effects on physiological functioning. Rather than merely claiming that mindfulness promotes adaptative behavior, I prefer to make the stronger claim that the body begins to die as the mid ceases to deal with novelty…This “terminal drop” as it is called, may indicate a causal relationship from cognitive activity to illness and not, as usually supposed, the reverse.

Los científicos sabemos más por lo que leemos que por lo que nosotros hayamos aportado. Pero he logrado que jóvenes de 22 años se comportaran como viejos solamente por decirles que sus rendimientos, en una prueba de dirección de empresas, eran semejantes a los de personas de 57años. Son muchos los que han demostrado cómo las personas se mantienen vivas, felices, activas y productivas para la sociedad cuando mantienen su actividad cotidiana. También están más sanos, si tienen dolores los soportan mejor, consumen menos medicinas… En definitiva, colaboran menos a los gastos de la seguridad social.

Como psicólogo social sé del impacto de la narración de experiencias vividas. En esto se fundamenta el valor del testigo presencial. Este mes de abril HE RECIBIDO UN ENCARGO. He impartido un curso sobre los fundamentos de la creatividad artística. Desde el momento en que lo acepté, como por resorte, se me izaron todos los mástiles de la experiencia  docente. Mi mente volvió a ser una tela de araña despertando y relacionando conocimientos invernados. Doy fe de que gané personalmente con aquel encargo que tuvo agitada mi mente coordinando ideas, investigaciones, esquematizándolas, traduciéndolas al ordenador y representándolas en el PowePoint.

Las palabras crean realidades. Las palabras crean ideas. Las palabras crean conductas. También aniquilan realidades ideas y conductas. Leía recientemente una investigación en la que se demostraba que los alcohólicos que piensan que es posible recuperarse, se recuperan. Ninguno de los que carecían de esta creencia mejoraba con el tratamiento. Lo mismo se probaba con la salud mental y la actividad física de viejos participantes en terapias de mantenimiento saludable. Al tratar de hallar el origen de esas recuperaciones se halló que haber convivido con un alcohólico que abandonó la bebida o haber tenido un abuelo activo era la causa de que los actualmente tratados pensaran que del alcohol se puede salir y que el viejo tiene algo más que hacer que esperar su final. Los viejos de hoy tienen la responsabilidad de cuidar de los que serán viejos dentro de 80 años. Todo depende del modelo de abuelos que les dejemos. Pura teoría sociocognitiva. Puro ejemplo de Bandura, que a sus 85años sigue plenamente activo en la Universidad.

Es injusta la campaña de Anena3 y Onda Cero. Es antisocial la campaña de PONLE FRENO DE ESTE AÑO. En momentos de crisis de la sanidad pública en la que uno de los mayores problemas es el consumo farmacéutico, la campaña PON LE FRENO, es antisocial, inoportuna, discriminatoria y poco previsora de lo que les espera cuando también a ellos les digan; ¡EH, VIEJO! ¡PONLE FRENO. La campaña está cargando la razón de quienes los discriminarán pasados pocos años.