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lunes, 2 de junio de 2008

EL PUNTO DE VISTA DE LOS DELINCUENTES

Os parecerá mentira, pero mis intenciones miraban al estudio de la vida de Bandura durante sus años de formación universitaria. Pero eso ha quedado tan lejos que ya no encuentro, entre mis archivos, un texto que había editado antes de Navidad. El perrito de mi buscador, tras largo tiempo de escarbar en la nieve, se sienta y me mira interrogante. Creo que me reprocha por ser tan despistado. Como no sabe mi edad, no se atreve a decirme que se nota que estoy viejo. (¡Que se le ocurra!) Lo encontraré, y si no lo volveré a escribir, porque las ideas las tengo muy claras.

¿Por qué no cumplo las metas que me he propuesto? Calma, que cada “día tiene su afán”. Una conferencia sobre autoeficacia y delincuencia me impuso “intercalar” el libro con ese título. Luego se me ha echado encima el curso de doctorado. Como me aburro de enseñar lo mismo, cambio cada año los contenidos de mis cursos. Si algo novedoso me interesaba a mí, le interesara también a mis alumnos.

Error de falso consenso, por el que creemos que lo nuestro es lo normal, lo natural. ¡Vamos, de sentido común! Es decir que el sentido común es lo que nosotros pensamos. ¿Entiendes ahora la veracidad de la frase manida “el sentido común, es el menos común de los sentidos”? Tan poco común que es solo mío o solo tuyo. Aunque es una ley psicológica.

Mientras esto afecte solamente a mí y a ti, allá yo y allá tú. Cuando lo que yo pienso afecta a terceros, el sentido común (mi/tu sentido común) es el más peligroso de los sentidos. Colocaros en el lugar del “jefe”. (No te desanimes, soñar es gratis, y si no lo sueñas nunca lo serás). Colocaros en el lugar del jefe y veréis las consecuencias que tiene el error del falso consenso. ¿Qué pasaría si os colocarais en el lugar del juez? (-“Lo del jefe vale, pero eso de convertirme en juez, ya no me seduce nada”. – “A mí tampoco, aunque me he divertido mucho estudiando las variables psicológicas que influyen en sus decisiones”).

Espera, sueña un poco más, ponte ahora en el lugar del delincuente y piensa tú que piensa él que lo que ha hecho es lo normal y que todos en sus circunstancias habrían ejecutado la conducta por la que le están juzgando. Observando la mirada fija que muchos delincuentes dirigen a los magistrados en la sala, o la indiferencia con la que se comportan mientras escuchan espeluznantes acusaciones, están diciéndoles: ¿Pero, qué dices? Si tú en mi lugar hubieras hecho lo mismo

¿Por qué no se examina la posibilidad de que el sesgo del falso consenso (del sentido común) dificulta su rehabilitación? A los psicólogos nos cuesta tratar a la gente que nos pide ayuda cuando no tenemos las claves de lo que pasa por su mente. Pero, cuando damos con la llave de sus aposentos privados y se nos permite percibir el mundo desde sus balcones, el diálogo surge espontáneo. Y en el discurrir de la conversación consentida y con sentido se puede hacer ver que existen otros balcones desde los que la realidad se ve de manera distinta. Sólo así, o fundamentalmente así, consentirá en visitar otros lugares con otros balcones desde los que se vean paisaje distinto al que se ve desde su chabola de hojalata herrumbrosa.

No sé cómo, pero lo cierto es que al final retorno siempre a una de las ideas principales de la teoría cognitivo social: cada persona humana tiene que gestionar su vida porque cada uno es el representante de si mismo. A los demás, incluidos los profesionales, nos resta el deber de estar al servicio de su gestión.

- Eugenio , esto parece muy fuerte ¿No?
- Si entiendes que incluso los profesionales tenemos que estar al servicio de los delincuentes, es muy fuerte. Es el mundo al revés.

Eugenio se quedó pensativo un rato, con la mirada perdida. En un momento cerró los ojos. Lo que estaba pensando le hacía fruncir las cejas. Mientras dialogaba consigo mismo su cara pasaba de la interrogación a la aseveración. Su índice derecho trazaba círculos, caminaba hacia adelante y hacia atrás. Finalmente, su cara se afirmó y apuntando con el índice argumentó seguro:
- Mira, los sofistas hace tiempo que desaparecieron como escuela filosófica.
- Pues ¿entonces?
- Entonces he dicho muy conscientemente que es necesario meterse en la mente del delincuente si se le quiere ayudar. Ver el mundo desde su perspectiva. Y, por cierto, eso de la perspectiva, lo decía Ortega. ¿o es que el delincuente no ve el mundo desde unas coordenadas que no son las tuyas? Sí, el delincuente también tiene perspectiva orteguiana. Mientras no la descubramos, pensará que desvariamos.
- Eugenio. ¿Sabes qué? Los profesionales de la psicología tenemos la manía de encasillar a las personas en base a tonterías.
- ¿Qué dices?
- Eugenio. El otro día he visto en televisión cómo unos supuestos “psicocalígrafos” (me suena a película) volvían a insistir en lo de los dibujos de los niños. ¡Maldita sea! Llegaron a sostener, con la mayor naturalidad, el tremendo disparate de que por ellos se podía saber si un niño había sido abusado. ¿Cómo puede confundirse así a la gente? Te voy a contar una historia. Hubo un tiempo, hace mucho tiempo (en los tiempos de Cenicienta y Pulgarcito) que yo practiqué la psicología dinámica y aplicaba mucho los llamados tests proyectivos (¡La cantidad de psicólogos que estudiaron por mis apuntes del Rorschach!, ¿Verdad Serafín?), la figura humana, el árbol, la familia, el TAT etc. Un día pedí a un niño que me pintara la familia y pintó a su padre alejado, pequeñito, subido en una roca. Mientras analizaba el dibujo tenía claro que el padre se desentendía de la familia y, en concreto, de aquel niño. En la consulta siguiente le rogué que me lo explicara. Todo era tan sencillo como que el domingo anterior había ido toda la familia de excursión. Su padre, en un momento, se había alejado y subido a una roca para descubrir qué se veía desde allí arriba. El niño había captado aquella instantánea en su dibujo de la familia. La interpretación era más sencilla que mi rebuscado pensamiento interpretativo.

Mi segura osadía me llevó a interpretar hasta el libro de sueños de Pío Baroja : "El Hotel del Cisne". Le entregué mucha devoción. Hallé cantidad de complejos. Pero nunca pude hablara con eon Pío para que me explicara, como mi dibujante infantil, lo castrante que era Doña Carmen Nessi.

Luego, con el tiempo, leí mucho de las hipótesis que se confirman cada vez que se aplican, pero que nunca se ponen a prueba. Como el que va por la calle diagnosticando (¿cómo lo digo que sea correcto?) “homófilos”, pero nunca se mete en su cama. (La frase es de Lee Ross, el mismo que descubrió el error del falso consenso). Leí, tambén, muchas investigaciones sobre la ilusión de correlación que existe en los test proyectivos (Esto es tan sencillo como deducir que si alguien pinta una boca con dientes es un agresivo, si ve traseros en el Rorschach, es un homosexual) y me dí cuenta de que esas misteriosas llaves no abren más que el vacío. Más tarde, leí muchísimo sobre los muñecos anatómicamente correctos para interrogar a niños supuestamente abusados sexualmente, y concluí que la ciencia psicológica debería desaconsejarlos.

No existen ganzúas que abran los aposentos de todas las habitaciones de todas las personas. Cuando se cree en ella, se utiliza y , por desgracia, se interpreta. Otorga al profesional la seguriad de haber dado con el quid de lo que, profundo y oculto, mueve la marioneta que tiene delante. La realidad es que al utilizarla esa falsa ganzúz convierte su paciente en una marioneta, cuandole está pidiendo que le haga persona capaz de gobernar su vida.

¿Dónde estoy? Esto sí que ha sido un disparate. Quería escribir sobre la recuperación de delincuentes, pero me pasé a mi curso de doctorado, que nada tiene que ver con el error de falso consenso y el sentido común, para terminar hablando de la necesidad del punto de vista de los delincuentes y la necesidad de entenderlo para poder llevarlos a otras latitudes con vista más expandidas. Finalmente he terminado negando que esté probado que se pueda entrar en el mundo de las personas a través de sus dibujos o las llamadas pruebas proyectivas.

Es que cuando hablo de psicología me pierdo (por que yo estoy perdido) enseguida. Pero me encuentro siempre hablando de la capacidad de la persona para llegar a ser lo que desee. Pura teoría sociocognitiva.

5 comentarios:

  1. Estimado profesor Garrido:

    He tenido el gusto de leer algunas de sus publicaciones sobre autoeficacia y delincuencia e inspirada en la obra de Bandura y en artículos suyos decidí investigar al respecto en mi país. Soy estudiante de psicología en Bolivia y actualmente me encuentro realizando mi tesis de licenciatura. Me he tomado el atrevimiento de escribirle puesto que no he encontrado ningún instrumento que mida las variables que he decidido estudiar. Lo que busco con mi tesis es ver si los valores (según Schwartz) tienen mayor relación con el desnganche moral o, al contrario es la autoeficacia de resistencia (al desenganche moral) la que actúa al momento de no desvincularse de la moralidad. Como debe saber, en mi país la corrupción es un gran problema y desde mi punto de vista, es una manera de delincuencia. Inicialmente quería ver el desenganche moral y los niveles de corrupción en funcionarios públicos pero a sugerencia de mis docentes empecé por algo más general para familiarizarme con el tema y trabajar en un futuro mi idea inicial.

    Por favor, le pediría que si puede me guíe un poco para encontrar el instrumento necesario o de lo contrario pueda revisar el cuestionario que vengo elaborando.

    Agradeciendo de antemano su colaboración.
    Me despido atentamente

    Alhena Alfaro

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  2. Alhena. NO sabe lo interesante de su comenntarioen el entorno de la teoría cognitivo-socal. Espero poder responderle a su pregunta,aunque hallará mejor respuesta en el libro que espero salga pronto sobre Autoeficacia y delincuencia.
    La respuesta a su comentario tiene que ser un poco técnica: tanto los valores como la autoeficacia pertenecen al campo de la motivación, pero en un plano muy distinto. Locke ha publicado en los últimos años varios artículos sobre losdistintos modo de hablar de motivación en psicología. Los valores son los motores de las acciones. Esto no quiere decir que todas las personas tengan la misma escala de valores. Por absurdo que parezca, hay persona cuyo máximovalor es tener un día de gloria, que los medios de comunicación hablen de ellas y , anticipándose en su imaginación a esa gloria, deciden apostarse ante la salida de una guardería y abatir a las "piezas" en el orden en que asoman. Mire si será importante que dejan grabadossus mensajes para ejemplo de imitadores.
    Nadie pouede vivir sin valores. Nadie puede actuar sin una finalidad que aprecia.
    Lo interesante de los mecanismos de desvinculaciuón moral reside en dos de sus propiedade1. 1. Que son una manera dea ctualizar la conducta moral. Quiere esto decir que los valores, que son abstractos, se actualizan en el momento y circunstancia enque se ejecuta. Por eso he hablado de "cierto relativismo" moral, 2. Resulta más interesante que esa actualización se haga para defender los valores. Es tópico el que mata por defensa de la patria, chica o grande. Pero me gustaría poner otro ejemplo más cruel: cuando a una persona que se dedica a la prostitución se la llama zorra, se la ha deshumanizado. Y a una zorra se la persigue y se hacen cacerías. Es lo normal desde una redifinición de la persona prostituta. La persona que deshumaniza,"sin apartarse un ápice de sus valores" comete un acto inhumano y se queda satisfecho porque es un a persona DE VALORES.
    La última paarte de su comentario, la de ayudarle en su trabajo, no renuncio a ello. Póngase en contacto a través de mi correo electrónico.

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  3. Muchas gracias por su respuesta, el ejemplo que me dió sobre el uso de la palabra zorra me llevó a muchas reflexiones sobre el contexto y un "falso moralismo" empleado en numbre de lo ético y la religión y sobre como, según el contexto uno deshumaniza a una persona con diversos adjetivos sin darle importancia alguna.

    Le cuento que necesitaré su ayuda porque no logro elaborar un buen instrumento; sin embargo, no se cómo poder acceder a su mail por lo que le pediría por favor me lo envíe.
    Muchas gracias.

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  4. Dr Garrido mi nombre es Carlos Velasquez O.
    Soy psicologo forense en Bolivia y admirador de sus trabajos y libros que de diferentes formas he logrado adquirir.
    me motiva comunicarme con Ud apra expresarle mi admiración y para inciar un contacto ya que en la actualidad estoy realizando el doctorado en Psicologia con la Universidad Católica Boliviana, de la Paz Bolivia, donde me centrare en las caracteristicas de los agresores intrafamiliares en Boliia, si l ateoría e investigación confirma las tipologías o en su caso los modelos existentes.
    Agradeciendo su atención me suscribo cordialmente
    Carlos Velásquez O
    La Paz Bolivia

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  5. Hola Carlos, no me queda suficientemente claro cuál es el proyecto que trae entre manos. Si solamente trata de estudiar os perfiles de los maltratadores en el seno de la familia, lo tiene claro y quizás lo tenga yamuy estudiado. Parece que todos lo hacen de la msma manera, en lo que se refiere a la manera de realizar las acciones delictivas. Seguro que encuentra que la mayoría, si no todos, son casados o han tenido una "relación sentimental" con la víctima (vaya descubrimiento). Seguro que también encuentra que son hombres.
    En realidad creo que existen incipiende¡tes estudios que comienzan a estudiar este tema desde un punto evolutivo, es decir, longitudinalmente. Claro que wsto es propio de una investigación de largo recorrido y si está pensando en una tesis que le lleve a un puesto docente, no es el tema adecuado.
    A bor pronto,( he interrumpidoloque estaba haciendo para contestarle) se me ocurren dos cosas que sería interesante tener en cuenta: 1) No investigue solamente el malrato extremo de los hombres, pues no se puede hacer una buena investigación sin tener un grupo de comparaci`´on, y con frecuencia se olvida la conducta de la pareja en este tipo de estudios. (¡Por dios, no me entienda que estoy culpabilizxando a la víctima) solamente que la enga en cuenta, porque a lo mejor se descubre algo "interesante". 2. en segundo lugar y teniendo en cuenta mis investigciones sobre autoeficacia, y dado que una de las maneras de implantrarla en las personas es mediante el modelado, me parecería interesante que estudiara, por ejemplo, cuántos casos de los que se publican en la prensa o en los medios, recuerdan las personas. Mi hipótesis es que los maltratadores deberían recordar más, haber grabado más esos modelos y haberse dicho "si ese ha sido capaz, yo tamb ién". Es una hipótesis aparentemente simple, pero que a lo mejor le lleva a rsultados inesperados. De todas las maneras, si quiere que sigamos dialogando o "platicando" sobr el tema, siga con este hilo. Saludos

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