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viernes, 23 de mayo de 2008

MORAL DE CIRCUNSTANCIAS.

Cumpliendo mi compromiso de publicar, al menos un tema al mes, aquí estoy de nuevo. Parece que es verdad lo escrito por Bandura en 19982 de que The psychogy of chance encounters and life paths. American Psychologist, 1982 37, 747 -155. No era mi intención entrar tan pronto en los temas del comportamiento moral o delictivo. Pero es lo que me atrae en este momento.

Bandura, en los ultimos años, ha puesto un empeño especial en la explicación de los comportamientos inhumanos de las personas "humanas". Suele comenzar sus expposiciones con expresiones como estas: Development of self-regulatory capabilities does not create an invariant control mechanism within a person , as implied by theories of internalizaton that incorporate entities such as conscience and superego as continuous internal overseers of conduct. Self evaluative influences do not operate unless activated, and there are many factors that exercise selective control over their activation. Dicho en romámn (román significa español)paladino: nuestra moral es acomodaticia.

Uno ha tenido que vivir situaciones difíciles de olvidar. Era una cena en la que participaban miembros del ejército y profesores de la Univesidad. Al parecer, me enteré por aquellos días, la Universidad de Salamanca tenía un convenio de cooperaciópn con el Ministerio del Ejército. Aquel año me habían nombrado miembro de aquella comisión. Tras la reunión científica y la conferencia, la "cena de trabajo". Fue una cena interesante porque el general invitado era especialista en fundamentalismos islámicos. De los fundamentalismos en nombre de dios se pasó a los comportamientos morales.

-"Es injusto que se mate en nombre de ningún dios", sentenció uno de los comensales

- "Pues es la mejor razón para matar", afirmé yo.

Acababa de despertar la conciencia apologética. Había oído, porque esto siempre se sabe de oídas, que algunos de los que se sentaban conmigo pertenecían al Opus Dei. No lo sabía ni lo sé a fecha de hoy. Cada uno cree en lo que le convence o le conviene. Aunque si se aplica la sentencia evagélica: "por sus obras los conoceréis", aquellos pintaron mi alma de negro maligno y de rojo infernal.

-¿Entonces tú crees que la moral depende de las circunstancias?

El tono, la mirada acusadora, inquisitorial y estupefacta con la que esperaban mi respuesta me impresionaron tanto que no puedo olvidarlas. Nunca me han inaterrogado en un juicio. Aquella es la experiencia más cercana. Repentnamente me vino a la mente una encíclica , creo de Pío X, que obligaba a los católicos, especialmente docentes, a jurar no defender la moral de circunstancias.Se llamaba juramento antimodernista. "Ete ha hecho el juramento antimodernista", pensé.
-Sí, nos COMPORTAMOS MORALMENTE dependiendo de las circunstancias.
- " Si crees eso, de tí no se puede fiar nadie".

Evidentemente no se fiaron de mí. Desaparecí de la comisión por el mismo ensalmo por el que aparecí en ella.

La sobremesa comenzó a tensarse y las despedidas se adelantaron.

En un primer momento, me sentí culpable. Luego me criticaba a mi mismo por no haber tenido el reflejo de haberles contestado: " En nombre de dios me habéis reprobado socialmente". Eso es una vileza. Eso prueba que vosotros, en este mismo momento, en nombre de dios, sois inhumanos con el infiel.

Mi respuesta estaba muy bien pensada. Yo hablaba de conductas y no de principios morales. Tú, que estás leyendo estas palabras, párate y reflexiona si alguna vez has mentido, robado, hecho daño a otros o ejecutado conductas que la moral o la ley prohiben. No me lo niegues porque mentirías, a pesar de tus principios morales.

En la teoría cognitivo social no se duda de la universalidad de los principios morales. Tampoco se defiende que esos principios no rijan nuestras vidas y que, por defenderlos, estemos dispuestos a renunciar a muchas gratificaciones externas. En una de mis publicaciones defiendo cómo lo extraño es que con una explicación conductista la gente no cometa más canalladas de las que se cometen. La vida suele presentarnos oportunidades que nos permitirían obtener grandes beneficios con muy pocos costes o riesgos de graves costes. Y sin embargo nos contenemos.Por principios morales

Tan importantes son los principios morales que Bandura puso a prueba la importancia de la recompensa externa frente a la recompensa interna. Y ganó la recompensa interna. Las personas solemos exigirnos más en nuestro rendimiento personal sin aumentarnos las gratificaciones. Y este intento por sentirnos cada vez más orgullosos de nosotros mismos es lo que permite que la ciencia avance, que la sociedad disponga de mayor bienestar y que podamos convivir razonablemente bien los nacidos de distintas madres. O, acaso más difícil,que vivamos en paz los que anidamos en el mismo vientre.

Pero estos principios morales no son un "otro yo", pesadillo él, a veces obsesivo y torturador que, agazapado en algún rincón de un no se sabe donde ni por qué, observa lo que no queremos que nadie presencie. Luego, cuando creemos estar sólo, nos recuerda lo que hemos hecho mal. El puñetero es como la carcoma, sólo se la oye en el silencio de la noche inquietando nuestros sueños. Si San Ignacio(¡ vaya, hoy va de santos cuando quiero hablar de canallas!) dijo que en tiempo de aflicción no hacer mudanza, habría que acordar, de igual modo, que sólo se piensa cuando uno está de pie, con la cabeza sobre los hombros. La cama es para amar y soñar. Para lo bonito de la vida. (¿Por que créis que Freud descubrió la importancia de los sueños y de la vida sexual?. Porque tumbaba a los enfermos en el diván: "asiento alargado y mullido, por lo común sin respaldo y con almohadones sueltos, en el que una persona puede tenderse", dice el diccionario).

Solo para los psicólogos: esta manía de Bandura por concretar las ideas le viene de dos profesores suyos a los que no profesaba demasiado afecto, pero que influyeron en su mentalidad científica. Fueron Spence y Bergman. El primero conductista perdido, el segundo filósofo de la ciencia. Pero los dos coincidían en que aquello que no se "operacionaliza" (qué palabrota"), se escenifica en un modo concreto de proceder, no es objeeto de investigación científica.

Gracias a dios (¡otra vez!)no existe ese ego supremo. Solo existen principios, creencias morales. Pero, como creencias o pensamientos cargados de afecto y orientados a la acción, deben ser aplicados a las circustancias concretas para que cobren realidad. Lo mismo que los principios de la ciencia: se aplican para conseguir determinados objetivos en determinadas circunstancias.

En esa aplicación a las circunstancias los principios morales se relativizan para justificar lo injustificable. Esta es la esencia de los mecanismos de desvinculación moral. No es que se obre contra esos principios morales, sino que, amparados en esos principios, se comenten las mayores atrocidades.

"Eugenio, que esto es demasiado abstracto". - "Tienes razón, Eugenio". -Bueno bajaré a la realidad cotidiana".

Cuando hacemos la puñeta a los demás decimos que se lo merecía. A cada uno hay que darle lo que se merece. Es de JUSTICIA. También es de Justicia que quien la hace la pague, y quien a hierro mata a hierro muera, y el diente por diente y ojo por ojo. El que me busca me encuentra, pero yo soy muy bueno.

A las bestias se las carga, a las zorras se las persigue, a los gusanos se los aplasta. Basta con deshumanizar a alguien para sintirse en la obligación de quitárselo de delante. Cuando se echa a los mendigos de la calle, se está limpiando la ciudad. Si me estás leyendo me entiendes perfectamente porque lo de llamar a las cosas por nombres o expresiones distintas a lo que son para justificar lo injustificable, en el ámbito de lo público y lo privado, está a la orden del día. Trasvases, crisis, negociación, por una parte. Unidad, igualdad y libertad para todos, por otra. Si lo quires expresado de forma más concreta, una de las maneras de justificar las conductas inhumanas e ilegales consiste en utilizar eufemismos, generalmente sanitrios o higiénicos.

Los soldados matan por defender la patria, y si no defienden la bandera nacional son unos cobardes. Y ellos se sienten mal y se rebelan por no matar cuando creen que deben hacerlo. Nuestra religión o secta o facción, o cisma, es el verdadero y todos los demás deben acatarlo o morir. En nombre de diós se ha matado siempre. ¡No digamos en nombre de la patria! (¿Qué patria, qué nación?). Y se quedan tan campantes diciendo en entrevistas públicas que ellos son nacionalistas y lo que tienen que defender son los intereses de sus (¿qué digo? nada, puntos suspensivos)... representados y los demás que defiendan los suyos. Y cuando consiguen "lo suyo" lo estampan en una ley que obliga a todos los perjudicados que no han tenido ni arte ni parte, ni la posibilidad de exponer sus prioridades, sus intereses. Son ley y las leyes hay que cumplirlas.

No digamos nada de los que se crean su propia patria, su propio ejército y sus propia guerra. ¡La patria hay que defenderla!.

A lo mejor ahora se me entiende demasiado. Pero ¿alguno de nosotros se atreve a negar que tiene que haber justicia, que cada uno debe recibir lo que se merece, que la patria hay que defenderla, que cada uno puede tener el credo que quiera?. No, no y no. Pero esto no son más que principios abstractos que se actualizan en la humillación de la mujer, en el asesinato del "enemigo", en importarles tres pepinos (debían valer poco los pepinos cuando se inventó la expresión) que los habitantes de otras regiones del propio país no tengan los mismos derechos, en perseguir a los que caricaturizan al profeta. En hacerle la puñeta al que está a nuestro lado porque piensa distinto para fastidiar. Estos son modos de concretar los principos morales.

¿Todavía no lo has entendido?. Perdona, yo lo tengo muy claro. Pero, lo diré más claro aún. Quienes me conocen saben de mi oposición a clasificar personas. Últimamente está de moda la clasificación de los psicópatas. Claro, a posteriori. Es un axioma social recurrente. ¡Buena la armó Hare al depurar su cuestionario!. Lector, mételo en tu cartera o bolso de paseo. Se amable, recorre las calles como lo hacía Diógenes con su candil (“busco al hombre auténtico de día y de noche, pero no lo encuentro”), y pásales el cuestionario a cuantos te encuentres. Felicítate, al final del día podrás saber quiénes de los que te rodean son incapaces de sentir algo por alguien (tampoco por tí), y pueden cometer, a la primera de cambio y sin razón alguna, el crimen más sanguinario.

Decía (no quiero que el párrafo sea largo, por eso el punto y aparte)que estoy cansado de luchar contra este tipo de botánico-psicología que mata la esperanza. En algún momento de discusión acalorada he llegado a proponer (no recuerdo haberlo escrito) que la sociedad tiene puestas una de sus mayores esperanzas de convivencia pacífica en la figura, en el rol, en la institución de la justicia penal. Un juez de lo penal es una persona que, por oficio y obligación, se dedica a hacer daño a bienes y libertades de los demás y se queda impasible. Mejor, se queda satisfecho por haber cumplido con su deber.

No te asustes. El juez como persona, no es un psicópata, necesariamente. El psicópata es el oficio que ha elegido desempeñar. (Tampoco quieras hacer de psicoanlista. Es un camino a ninaguna parte.)

Nadie quiere ser malo, pero, a veces, no queda más remedio que dar a cada uno su merecido.